
Para Mercedes, ver a su hija Kayla correr y jugar sin dolor es un sueño hecho realidad. Una felicidad que llegó después de un camino lleno de incertidumbre y preocupación,
En Torre de Agua creemos que la calidad terapéutica no solo se mide en resultados físicos, sino también en la conexión emocional y el respeto al proceso de cada niño.
Azeneth y su camino de superación con displasia de cadera En Centro Torre de Agua, cada proceso es único, y cada logro, una celebración.Hoy te invitamos a conocer la historia
Para Mercedes, ver a su hija Kayla correr y jugar sin dolor es un sueño hecho realidad. Una felicidad que llegó después de un camino lleno de incertidumbre y preocupación, pero que encontró un faro de esperanza en un innovador servicio que transformó sus vidas.
Un Comencio con Desafíos
Desde muy pequeña, Kayla enfrentó obstáculos. Fue diagnosticada con displasia en ambas caderas. Aunque siguió una terapia con arnés que pareció corregir el problema inicialmente, los verdaderos desafíos surgieron años después cuando, alrededor de los cinco años, Kayla comenzó a sentir dolor al realizar actividades tan naturales como correr. Esa señal de alerta las llevó a buscar respuestas y, finalmente, las condujo al centro Torre de Agua.
Un Diagnóstico Integral y un Nuevo Enfoque
Tras una evaluación completa, los profesionales descubrieron que los problemas de Kayla eran más complejos: secuelas de la displasia de cadera, genu valgo (rodillas juntas) y pie plano. Fue entonces cuando Mercedes conoció un servicio que cambiaría su perspectiva: la Intervención Kinésica Acuática.
Este método especializado utiliza las propiedades únicas del agua para facilitar la rehabilitación, reduciendo la presión sobre las articulaciones y permitiendo que Kayla fortaleciera sus músculos y mejorara su movilidad en un entorno seguro, motivador y libre de dolor.
Resultados que Inspiran
El progreso de Kayla no tardó en llegar. La Intervención Kinésica Acuática no solo fortaleció su cuerpo y mejoró su postura, sino que también tuvo un impacto positivo en su desarrollo psicomotriz. El temor de Mercedes se disipó, siendo reemplazado por la tranquilidad de ver a su hija activa y feliz. "Mi hija está mejorando", asegura.
La experiencia de Kayla y Mercedes es un testimonio del poder de un diagnóstico preciso y un tratamiento especializado. Su historia nos recuerda que, incluso cuando el camino parece difícil, existen enfoques innovadores y profesionales dedicados listos para ayudar a los niños a superar sus límites y a disfrutar de una infancia plena y sin barreras.
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