Victoria Rosa Flores es una niña llena de vida y valentía, hija de Juana Flores, quien enfrenta cada día con el amor y la esperanza que solo una madre puede ofrecer. Desde que el diagnóstico llegó, la vida les presentó un desafío que cambió todo: parálisis cerebral. Este diagnóstico significa que Victoria no puede caminar, sentarse sola o comer sin ayuda, pero su espíritu es inquebrantable.

A lo largo del tiempo, las dificultades económicas se interpusieron en el camino de sus sesiones de rehabilitación, dejando a Juana con un corazón lleno de preocupaciones y preguntas sin respuestas. Sin embargo, una puerta se abrió nuevamente gracias a la Fundación Torre de Agua, que les brindó la oportunidad de regresar al Centro Torre de Agua.

En este espacio, Victoria encontró un equipo comprometido y programas diseñados para brindar esperanza donde antes había incertidumbre. Juana comparte emocionada cómo su hija, antes limitada por su condición, ahora comienza a mostrar señales de progreso. Aunque las mejoras son lentas, son constantes: Victoria ha empezado a balbucear, a ser más curiosa y juguetona, y lo más emocionante, está trabajando para sentarse sola.

"Tal vez, para fin de año, ella ya logre sentarse completamente", dice Juana, con la voz llena de esperanza. Cada pequeño logro es celebrado con alegría, porque cada movimiento de Victoria representa un paso más hacia una vida llena de posibilidades.

La Fundación Torre de Agua está en busca del apoyo necesario para que historias como la de Victoria sigan siendo posibles. Porque detrás de cada paciente hay una familia que sueña con un futuro mejor, y detrás de cada donación hay una comunidad que cree en transformar vidas.

Hoy, Juana agradece con el corazón a todos los que forman parte de Torre de Agua: “Me están apoyando para la mejoría de mi hija, y eso significa todo para mí”.

Ayúdanos a escribir el siguiente capítulo en la historia de Victoria y de muchas familias más. ¡Juntos podemos hacer la diferencia!